Home > Noticias > Albert Serra: “Soy el único que hace cine de autor bueno y honesto en España”

25/11/2016

Albert Serra: “Soy el único que hace cine de autor bueno y honesto en España”


ASTRID MESEGUER, Barcelona
 

A Albert Serra le acompaña la polémica desde sus inicios en la industria cinematográfica allá por 2003. Su primer largometraje, Crespià, the film not the village, no llegó a estrenarse comercialmente por falta de calidad. Su perseverancia, sin embargo, le ha llevado a dirigir hasta siete películas donde siempre refleja su peculiar estilo, con la radicalidad y el exceso como bandera. Ha hecho instalaciones en el Tate Modern de Londres, en la Bienal de Venecia y en La Virreina. En Honor de cavalleria (2006) ofrecía su versión de Don Quijote y Sancho; en El cant dels ocells (2008) utilizaba la música de Pau Casals para hablar de los Reyes Magos y en Història de la meva mort (2013), con la que ganó el Leopardo de Oro del certamen de Locarno, planteaba el encuentro imposible entre Casanova y Drácula. Su última propuesta, La muerte de Luis XIV, muestra los agónicos quince días finales del Rey Sol, cuyo reinado abarcó 72 años . El histórico personaje lo encarna con maestría Jean-Pierre Léaud, el mítico Antoine Doinel de Los 400 golpes, que se pasa las dos horas que dura el filme postrado en la cama mientras los cortesanos, sirvientes y médicos se agolpan a su alrededor observando cómo su pierna se gangrena . Con esta obra, el director de Banyoles se hizo con el premio Jean Vigo 2016. El filme entusiasmó a los críticos en Cannes y este viernes se estrena en los cines españoles.

¿Por qué era necesaria una película sobre la muerte de Luis XIV?

 

Bueno, yo no considero que necesaria sea la palabra exacta. Yo creo que los temas son más puntos de partida y lo que es necesario es, una vez tienes el tema, hacer una buena película que refleje unas constantes y en este caso Luis XIV era un punto de partida azaroso. Me lo propusieron en el Pompidou de París como performance hace unos años, luego se anuló y después cuando tuvimos el dinero se hizo en forma de película de ficción.

¿Cómo iba a ser la performance?

Pues un poco como vemos en la película. Ya teníamos a Jean-Pierre Léaud y tenía que representar los últimos 15 días de la vida de Luis XIV. Él tenía que a estar en una cama dentro de una jaula de cristal y simplemente hacer ver que estaba allí muriendo en directo. Si acepté hacer la película era porque íbamos a ser fieles a esta idea de performance, de vivir el pasado en tiempo presente. Eso era lo fascinante de esta historia.

Jean-Pierre Léaud encarna a un moribundo Luis XIV
Jean-Pierre Léaud encarna a un moribundo Luis XIV (Clàudia Robert)

¿Le fascinaba el personaje?

Sí, porque recreaba las memorias del duque de Saint-Simon sobre los últimos años de Luis XIV. Sobre todo por el contraste del absolutismo más excesivo. Luis XIV representa realmente el gasto por el gasto, el exhibicionismo, un absolutismo muy descarnado, lleno de pomposidad y retórica hasta el extremo. Todo esto contrastado con la actividad silenciosa y austera de la muerte, que todo sucumbe ante ella, es lo que la hacía todavía más interesante.

¿Hay algún personaje actual con el que compararía a Luis XIV?

No, no creo. Desde mi punto de vista son condiciones históricas muy divergentes.

El filme ha recibido buenas críticas desde que se presentó en Cannes. ¿Le abruma este buen recibimiento?

No me siento abrumado. Lo que me gusta es que la película tenga el mayor número de adeptos en los círculos cinéfilos y que la gente sepa apreciarla y amarla en su justa medida. Así como descubrir las pequeñas originalidades que puse un poco conscientemente y que me gusta que se pueda reconocer en toda su complejidad. Si puede suscitar un cierto placer estético en los espectadores, mucho mejor.

¿Ha quedado satisfecho con el resultado del filme?

Bueno, todos los pequeños defectos los voy a corregir en la próxima película. Lo importante es ser fiel al estilo de uno mismo y en la medida de lo posible, mejorar. Yo siempre sigo unas constantes de metodología y de rasgos estilísticos muy evidentes.

¿Qué tal ha sido trabajar con Jean-Pierre Léaud, icono de la Nouvelle vague?

Fue muy fácil. Estaba muy entusiasmado y era muy consciente de la importancia de esta película para su carrera. Le apetecía mucho hacer el personaje y necesitaba poder concentrarse en algo profundamente como actor.

¿Le dio instrucciones de cómo afrontar el papel?

Mi sistema de trabajo se basa en la incomunicación con los actores e, incluso a veces, con los técnicos. Cada uno hace su trabajo como puede. Yo nunca hago ensayos, ruedo con tres cámaras y no comento el personaje con los actores. Dejo que cada uno interiorice su trabajo con precisión, con una mentalidad abierta. No suelo corregir demasiado y tengo mucha fe en el casting.

¿Y siempre le ha dado buen resultado?

En las guerras muchas veces el ejército, aunque tenga menos soldados, la fe es mucho más importante que los efectivos concretos. Este tipo de confianza también da seguridad a los actores y les da fuerza. Y esta fuerza se vuelve en intensidad y la intensidad en la pantalla se transforma en fascinación para el espectador.

La película es muy pictórica. Ha cuidado mucho los encuadres y la luz

Siempre hay un aspecto plástico que me interesa un poco, pero siempre lo preparo antes de la película. Sin embargo, todo lo que se ha de desarrollar más durante el tiempo de rodaje lo dejo en manos de los técnicos y no me meto demasiado. Busco más la inspiración de los actores.

Usted desdramatiza la muerte

Uno de los objetivos de la película era hablar sobre la banalidad de la muerte. Siempre es una cosa trágica, pero en sí misma no. Es trágica por los efectos y nuestro sentimentalismo, pero en sí misma no tiene ninguna de las grandezas de la vida. Es muy difícil morir con grandeza. Además, si este tema se aplica a grandes figuras históricas era mucho más original para verlo en película.

Usted tiene fama de ser un provocador nato. ¿En qué medida cree que provoca con esta película al espectador?

Yo entiendo que pueda provocar, pero las películas son más que nada experiencias estéticas bastante serias. Es el hecho de que exista la película lo que puede provocar y el hecho de que haya gente que siga haciendo un tipo de propuestas sin preocuparse por nada, simplemente obsesionándose con el lado más estético y purista.

¿A usted qué le provoca?

¿No le parece provocativa una película de estas estándar del cine español, completamente absurda e innecesaria? A mí me provoca todo el falso cine de autor; es decir todos los autores españoles excepto yo. Todo lo que se haga desde la falsedad y la deshonestidad artística me parece muy provocativo.

Usted entonces mantiene que es el único que hace buen cine de autor en España

Esto por supuesto. Y, además, diría que soy el único honesto. Porque puede haber cineastas honestos y malos, pero honestos y buenos ya es más complicado.

Si le pregunto por algún cineasta español que admire...

Español, ninguno.

Se habrá ganado algunos enemigos en la industria

No. De hecho, estoy a favor de todas las prácticas. Soy vocal de la Asociación de Productores y mi visión siempre se ha caracterizado por defender la industria y sus intereses, así como todo tipo de cine. Otra cosa es que yo como director tenga unos gustos un poco más específicos. Simplemente pido que las películas que se hagan sean consecuentes y coherentes con su origen. Que lo que sea comercial, que sea comercial y lo que es de autor tiene que ser realmente de autor y apreciado en los festivales. Lo que no responda a estos criterios es que no está hecho con suficiente cariño u honestidad.

Pese a la agonía del protagonista que vemos en la pantalla, su película también tiene varias dosis de humor e ironía

Sí, forma parte de mi estilo. Siempre me gusta mezclar lo más crudo, lo más orgánico, con lo más artificioso. En esta película la ironía se introduce de manera más suave debido a la enfermedad y a la presencia de los médicos que atienden a Luis XIV.

¿Tiene algún nuevo proyecto en marcha?

Sí, I am an artist. Se trata de una película sobre el mundo del arte contemporáneo en la que describo lo que significa el arte y ser artista en la sociedad de hoy en día.

Fuente: La Vanguardia



X

Suscríbete al newsletter

Introduce a continuación tu dirección de email y recibirás en tu buzón las últimas noticias y las novedades de los centros de arte. Podrás darte de baja en cualquier momento.

Correo electrónico:

El usuario autoriza a Barcelona Art a gestionar los datos facilitados en el presente formulario a efectos de comunicación comercial. Barcelona Art se compromete a tratar dichos datos en virtud de lo dictado por la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal.

Newsletter

Gracias por suscribirte al Newsletter. Esperamos sea de tu agrado la información que te llegue.