Home > Noticias > La calidad y el prestigio, claves de los festivales

30/04/2017

La calidad y el prestigio, claves de los festivales


El maridaje de la cultura con el deporte motivó ayer que en el Barcelona Open Banc Sabadell­-Trofeo Con­de de Godó se hablase de música. Bajo los auspicios de La Vanguardia allí se dieron cita los máximos responsables de algunos de los festivales musicales de verano más destacados por su calidad y su criterio generalista. Ignacio Orovio, redactor jefe de la sección de Cultura del diario, motivó que Juli Guiu (Festival de Cap Roig), Oriol Aguilà (Festival de Peralada), Tito Ramoneda (presidente de la promotora The Project, organizadora del Festival de Porta Ferrada) y Martín Pérez (Jardins de Pedralbes) analizasen sus experiencias particulares y radiografiasen la escena local con sus discrepancias y coincidencias.

El concepto de festival: ¿una simple sucesión de conciertos?

Frente a los dos macrofestivales referenciales a nivel catalán, el Primavera Sound y el Sónar, las citas estivales tiene su propio ADN. O no. Según Tito Ramoneda, “la idea de festival que se ha convertido como el típico en estas latitudes, más allá de los que proponen en unos pocos días una cantidad enorme de conciertos, es el que hemos instaurado los que estamos aquí reunidos. Es decir, en algunos casos cuenta a veces más la experiencia de ir al festival, pasar el rato y estar con los amigos. En los nuestros, creo, prima lo estrictamente musical”, “y definidos por el espacio donde se realizan”, apostilla Martín Pérez.

¿Hay un exceso de festivales?

La unanimidad es absoluta, comenzando por Juli Guiu, que no duda cuando afirma que “si el número de festivales sigue creciendo es que hay sitio suficiente”. Para Aguilà “la burbuja festivalera no existe; la asistencia de público desmiente los malos augurios” e introduce elementos distintivos: “En nuestro caso la experiencia y el nombre del festival son importantes; los festivales de referencia están definidos por el espacio y el tiempo, pero yo creo que la clave es la calidad y el prestigio. Y eso ocurre cuando el público se apunta a tu iniciativa sin saber lo que va a ver y oír”. Martín Pérez: “¿Saturación? Pero si los últimos datos dicen que solo el 5 por ciento de la gente de aquí va a conciertos; aquí la gente no tiene ese hábito. No tenemos sensación de saturación, sino al contrario, estamos ganando público año tras año, en cada edición”.

Carteles caracterizados por el eclecticismo. ¿Por qué?

Las citas veraniegas están marcadas mayoritariamente por su carácter generalista a nivel estilístico, un eclecticismo imparable. Un Guiu muy pragmático cree que “la concentración en el tiempo intentas cubrirla con el máximo público posible para vender el máximo número de entradas”. El responsable del festival de Peralada discrepa cuando asegura que “nuestra esencia es la especialización o ser tendencia y no tanto el eclecticismo. Ahora bien, la evolución de la sociedad va en un sentido contrario a esta esencia”. Tito Ramoneda coincide más con Guiu cuando sentencia que “no hemos de justificarnos. Hemos de apostar por el consumo de música en directo. Haciéndolo, transmitimos valores a la gente (felicidad, alegría) y creo que este tipo de conceptos han de estar por encima de disquisiciones musicales”. Martín Pérez sorprende un poco cuando asevera que “el eclecticismo es más arriesgado de lo que parece. Creo en él pero lo difícil está en que has de intentar vender entradas concierto por concierto, porque artistas diferentes significan conciertos diferentes”.

La importancia de la cultura musical del aficionado

También motivo de unanimidad, como ilustra Ramoneda al asegurar que “si vamos a Gran Bretaña, por ejemplo, la cultura del directo está a años luz de la nuestra; el directo allí, en Francia o en Alemania no ha tenido el lastre de los cuarenta años de la cultura franquista, en donde la música en directo era residual o muy delimitada. Para mejorar la situación habría que resolver temas como una ley de mecenazgo, bajar los tipos impositivos, revisar el tema de los derechos de autor, pero sobre todo impulsar el consumo de música en directo”. Pero quien da la puntilla es Martín Pérez cuando recuerda que “cualquiera de esos tres países tiene la asignatura de música en las escuelas. Esto es básico. El gran problema de España en este aspecto es la cultura musical”.

¿La vertiente educativa del festival es necesaria?

La posibilidad de que estos ciclos musicales sean también una forma de educar a los aficionados despierta interés relativo. Para Aguilà, “nosotros, vocacionalmente, tenemos quizás algo de eso. En nuestro caso, la experiencia está muy ligada a la familia y los amigos, y en el hecho de incentivarles es muy importante la repetición generacional”. Martín Pérez es mucho más drástico: “Todo eso está muy bien pero nosotros no somos educadores sino solo divulgadores”.

El valor añadido de los festivales

Los festivales musicales de referencia general, y los de verano en particular atraen turismo extranjero y generan un creciente valor añadido. Más unanimidad, tanto para Martín Pérez (“en el de Pedralbes es una cosa evidente; la importancia de Barcelona como destino turístico es indiscutible”) como para Juli Guiu (“en el de Cap Roig se acerca al veinte por ciento el turista que viene expresamente a los conciertos”) y Oriol Aguilà (“en Peralada sólo en las veladas de danza y ópera ves a las claras que vienen turistas de fuera”). Tito Ramoneda hace una reflexión más amplia: “Está claro que la programación influye muchísimo en la atracción del aficionado de fuera; por ejemplo, en Barcelona, el festival Primavera Sound tiene un público extranjero que varía entre el 40 y el 45 por ciento, mientras que en el Cruïlla se sitúa alrededor del 10”.

Coordinación ante la inevitable coincidencia en el tiempo

Ante el hecho evidente de la coincidencia temporal de gran parte de estos ciclos, no parece muy claro que la coordinación sea una costumbre entre ellos. Sobre todo, como reconoce Aguilà, porque “los fines de semana de julio y de la primera quincena de agosto nos solapamos, ya que son fechas clave y no hay otro remedio”. Guiu: “Hay coordinación en las ruedas de prensa, poro poco más”. Tito Ramoneda: “Estamos en un libre mercado y tenemos diferentes recursos, presupuestos y objetivos”. Martín Pérez: “Pesa más la competencia que la coordinación. La competencia es de primer orden”. Sobran las palabras.

Fuente: La Vanguardia



X

Suscríbete al newsletter

Introduce a continuación tu dirección de email y recibirás en tu buzón las últimas noticias y las novedades de los centros de arte. Podrás darte de baja en cualquier momento.

Correo electrónico:

El usuario autoriza a Barcelona Art a gestionar los datos facilitados en el presente formulario a efectos de comunicación comercial. Barcelona Art se compromete a tratar dichos datos en virtud de lo dictado por la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal.

Newsletter

Gracias por suscribirte al Newsletter. Esperamos sea de tu agrado la información que te llegue.