Home > Noticias > BCN Film Fest El trazo del gigante

28/04/2017

BCN Film Fest El trazo del gigante


David Bickerstaff ha ganado renombre como realizador del proyecto que produce el también director Phil Grabsky bajo el nombre de Exhibition on Screen: una serie de largos documentales que ya ha visitado grandes de la pintura como El Bosco, Monet y Matisse, Goya, o Vincent Van Gogh. Pero el reciente documental que nos ocupa se centra en la figura del grande entre grandes: Miguel Ángel Buonarroti. Este hombre polifacético, escultor, arquitecto, pintor y poeta, probablemente no halla tenido igual ni antes ni después de su paso por este mundo, y el documental, en la línea de Grabsky, se aproxima al gigante sin énfasis ni grandilocuencias gratuitas porque no es necesario, puesto que su obra habla por él: basta el plano de la mano del David, con todo el detalle de venas y pliegues, para que de inmediato nos demos cuenta de quién se trata. Todo el metraje, no obstante ameno, nos lleva a través de sus grandes logros al tiempo que informa de su origen (su familia, antiguamente banqueros, ahora eran modestos funcionarios), de su soledad como creador, de su tormentosa relación con el poder (particularmente con los Papas), de su estrecha ligazón con sus mecenas los Médici, de sus técnicas, de sus materiales, de sus obsesiones y determinación, y hasta de su palpable sensibilidad homosexual.

Las imágenes, de alta definición, nos permiten disfrutar de las texturas de su trabajo en piedra como probablemente nunca antes hemos podido experimentarlo. Ni estando en la Accademia de Florencia ante el David, habremos percibido la textura imponente del trabajo sobre el bloque de piedra que lo vio surgir del modo en que nos lo muestra el documental. Éste capta los nervios y la tersidad de la musculatura de modo que difícilmente se olvida. Un David que en su vasta dimensión parece el gigante y no el adolescente aparentemente en desventaja. La cinta tampoco omite que el descubrimiento de piezas de la antigüedad como el Laocoonte, debieron inspirar al artista en la palpable fisicidad de su obra. Paralelamente a la voz en off, que a menudo recurre a textos extraídos de las “Vite” de Giorgio Vasari referidos al maestro, de quien el escritor fue amigo, intervienen una plétora de historiadores y críticos de arte, de escultores y especialistas, que alcanzan a darnos plena dimensión de todas las facetas, artísticas, personales e históricas del personaje.

La cinta abre en un taller actual, donde es posible ver réplicas de algunas piezas de Miguel Ángel. Un escultor con bata blanca arremete contra una pieza de mármol blanco cincel y martillo en mano; de la misma parece medio surgir un cojín. Y ‘surgir’ es la palabra, puesto que el escultor parece estar viendo la pieza dentro del bloque, parece golpear sin cálculos previos; poco a poco el cojín sale de su escondite. Nunca se menciona en el documental, pero ese plano ilustra plenamente el modo de trabajo del artista. Imbuido de neoplatonismo, aseguraba ver la figura dentro del bloque, y él tan sólo se limitaba, decía, a sacar la escultura del mismo. El asombro embarga pues diríase magia.

Pronto empezamos a disfrutar con las prodigiosas obras del artista, comenzando por los relieves de la Batalla de los Centauros y la Virgen de la Escalera, ejercicios cuando joven que sin embargo permiten adivinar su singularidad y pronto perceptible destreza.

El film ilustra y explica algo acaso inherente a la obra de quien fuera hijo de florentinos desplazados al Arezzo, donde nació, pese a lo poderoso, enérgico y magnificente que transmite mucho de su obra: la fragilidad oculta, y la consciencia de lo finito, de la muerte, que acaso le obsesionaba. Hay en sus figuras cierto tormento, cierta tensión eterna en la musculatura que tanto conocía, porque, como se informa, alcanzó a estudiar cadáveres, a diseccionarlos, para mejor comprender el mecanismo de lo que se oculta bajo la piel, una práctica que se asegura, se adelantó cincuenta años a los primeros estudios médicos sobre la materia.

Poca veces el techo de la Capilla Sixtina logra filmarse como aquí, en un largo travelling que parece sugerir que las figuras, en débil equilibrio, amenazantes, están a punto de desplomarse apocalípticamente sobre nosotros. La fisicidad casi escultórica de estas pinturas se transmite al apabullado observador: “Ver el techo requiere esfuerzo físico”, se dirá en off. El largo tiempo que el artista vertió en su consecución, tensó la cuerda al límite en su relación con el Papa Julio II, su mecenas, a quien le faltaba paciencia.

Muchos son los episodios de su vida y obras: proyectos nunca llevados a término, como las 24 estatuas que debían circundar su cúpula para la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, imposibles de afrontar dada su determinación para trabajar siempre en solitario y contar ya 70 años, o la fachada para la Basílica de San Lorenzo, en Florencia, de la que se conserva maqueta; su célebre “non finito” referido a piezas como los Esclavos, auténticos prodigios que han quedado a medio surgir de sus respectivos bloques, entre otras piezas, expresión de su impaciencia y sobreocupación; las tumbas de los Médici en la Capilla Nueva de San Lorenzo, interrumpidas (los Médici expulsados) por su dedicación a fortificar la ciudad en el sitio de Florencia, cuya República se enfrentaba al Papa Clemente, ávido de retornar sus parientes Médici al poder, y de quien debe ocultarse acusado de traición aunque luego le perdone: la permanente dualidad de contrarios se expresa aquí en cotas admirables: el Crepúsculo y la Aurora en la tumba de Lorenzo de Médici, particularmente imponente la última, o la Noche y el Día en la tumba de Julián de Médici; por no hablar de la escalera de la Biblioteca Laurenziana, cuyos peldaños centrales asemejan la lava; y su gran proyecto frustrado: la tumba del Papa Julio II, que dio pasó a la denominada Tragedia de la Tumba, en la que estuvo cerca de cuarenta años trabajando, con constantes interrupciones debido a las pinturas de la Capilla Sixtina. Denostaba el resultado final, sin embargo la cinta se apresura a asegurar que se trata de una magna obra en la que la figura del Moisés alcanza niveles de virtud difícilmente expresables.

La película recoge reflexiones en torno a un amasijo de creaciones del artista, como el dibujo al carbón de La caída de Fetonte; los desnudos de los bosquejos para la Batalla de Cascina, verdaderamente subyugantes; el Crucifijo con Cristo de rostro sereno; su Baco en el Museo de escultura del Bargello; la célebre y admirable Pietà de Cristo absolutamente fláccido e inerte, abandonado en brazos de su desconsolada madre cuyo sereno rostro de dolor contenido es otra proeza, y en fin, tantas y tantas otras obras admirables más.

Miguel Ángel murió a los 89 años, y el documental detalla también los últimos años de su existencia y las obras que le ocuparon dada su terca negativa al descanso. Como se comenta, a Miguel Ángel le obsesionaba la belleza, aunque bien tangible, y los opuestos, pero cuando con 65 años se enfrenta al Juicio Final de la Capilla Sixtina, al artista parece asaltarle prioritariamente la búsqueda de salvación, la necesidad de una torturada redención. Tampoco se omite el episodio de la Piedad Rondanini, iniciada ya rondando los ochenta años, que debía ser para su propia tumba, y que comenzó a destruir, irritado por un defecto del bloque de piedra.

En Miguel Ángel anidó un espíritu complejo, vibrante, independiente, devorado por la necesidad de creación y por su propio genio: un término incómodo por lo común, pero como una experta apunta, cuando se trata de Miguel Ángel, acaso sea lo propio para definirlo.

Fuente: La Vanguardia



X

Suscríbete al newsletter

Introduce a continuación tu dirección de email y recibirás en tu buzón las últimas noticias y las novedades de los centros de arte. Podrás darte de baja en cualquier momento.

Correo electrónico:

El usuario autoriza a Barcelona Art a gestionar los datos facilitados en el presente formulario a efectos de comunicación comercial. Barcelona Art se compromete a tratar dichos datos en virtud de lo dictado por la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal.

Newsletter

Gracias por suscribirte al Newsletter. Esperamos sea de tu agrado la información que te llegue.