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Phil Grabsky es un realizador de documentales británico que con su sello, Seventh Art Productions, ha llevado a término un sinnúmero de cintas para cine y televisión particularmente centradas en las Bellas Artes. Si bien ha dedicado su buen metraje a la música con In Search of Mozart (2006); In Search of Beethoven (2009); o In Search of Chopin (2014), no es menor su interés por la pintura, con particular devoción por el Impresionismo: a su serie televisiva The Impressionists (1998), hay que sumar sus largos documentales como La historia de los impresionistas (2015), y otras aproximaciones a maestros como Vincent Van Gogh. Una nueva mirada (2015); Renoir: Revered and Reviled (2016); o Yo, Claude Monet (2017), y otros. Muchos de estos largos documentales, en los que también se incluyen aproximaciones a artistas de primera magnitud de variado espectro como Leonardo, Miguel Angel (en el BCN Film Fest podremos ver también Michealengelo), Goya, Matisse, Rembrandt, o Vermeer, y tantos más, se integran dentro de una serie que refleja las obras de museos concretos bajo el título Exhibition On Screen. Es dentro de esta colección que se ha podido disfrutar de la muy reciente El jardín del artista: Impresionismo americano.
El documental cubre la exposición del Florence Griswold Museum acerca de los impresionistas norteamericanos, que tuvieron su momento en el periodo comprendido entre 1887-1920, y que se extendió mayoritariamente por los estados de Connecticut, Massachusetts y Pensilvania. Se trata de la mansión de Florence Griswold, ubicada en la localidad de Old Lyme, en Connecticut, quien acogió, como la cinta nos detalla amenamente, a numerosos pintores en ese periodo, admiradores de los impresionistas franceses, y particularmente de Pierre-Auguste Renoir, Degas y Monet; formaron una verdadera colonia de artistas que alcanzó a denominarse la Old Lyme Art Colony, aunque ciertamente no fue la única, como también recoge el film; otros colectivos tuvieron lugar en Cos Cob, y en Indiana, California, en el propio Nueva York, o Boston. El pintor Henry Ward Ranger alquiló una habitación en la casa de Florence en busca de contacto con la naturaleza y huyendo del bullicio de la urbe; animó a otros, tales como Lewis Cohen, William Henry Howe, Henry Rankin Poore, y Louis Paul Dessar a buscar allí sosiego y marco adecuado para ejercer el oficio. Más tarde, se unió Childe Hassam, quien impuso su sello al grupo y atrajo a William Meltcalf. Se calcula que en torno a 200 artistas pasaron por el lugar. Otro nombre que resonaba era el de William Merritt Chase, que fundó su propia colonia.
El documental cubre la exposición del Florence Griswold Museum acerca de los impresionistas norteamericanos
La cinta, capaz de impresionar con sus planos, verdaderos estallidos de luz y color, con elaborado trabajo en la plasmación de detalles de los lienzos, alterna los mismos con los lugares que inspiraron a los artistas, con tal habilidad que en ocasiones debemos hacer un esfuerzo suplementario para reparar en que no se trata de un lienzo con hermosas flores y plantas, sino de un encuadre fotográfico. Se incluyen comentarios enriquecedores de los comisarios de la exposición y de algún historiador del arte.
Comentada con la voz en off de la actriz Gillian Anderson (célebre por la serie televisiva de Expediente X), la cinta se pasea por los estudios, los jardines y las localizaciones más emblemáticas sin cesar de aportar background y valoraciones artísticas, sociológicas e históricas. Y se detiene sobre el hecho de que paralelamente al estallido de este movimiento se despertó un interés general por los jardines; la propia Florence Griswold trabajó el entorno de su propiedad con toda suerte de diseños, lagos, puentes japoneses, y gran surtido de flores y de vegetación, para que los artistas de la colonia hallaran inspiración en los mismos alrededores. El impresionismo americano y la belleza de la naturaleza fueron muy cogidos de la mano, aunque la figura femenina también cobró un protagonismo grande en las composiciones. Su evolución fue pareja a la de cierta avance feminista, como se refleja en el reconocimiento de algunas pintoras. Sin ir más lejos, en la misma colonia de Old Lyme despuntaron Cecilia Beaux, las hermanas Lydia, y Breta Longacre. Fue la época en que estas mujeres comenzaban a poder exhibir y vender sus obras, como también Maria Oakey Dewing, Violet Oakley, Jane Peterson, etc… Con frecuencia, las mujeres representadas en los lienzos aparecen desempeñando alguna actividad y denotando el pulso del tiempo.
La cinta alcanza a reavivar el interés por un movimiento pictórico totalmente eclipsado por su referente europeo
La cinta alcanza a reavivar el interés por un movimiento pictórico totalmente eclipsado por su referente europeo. Como se muestra, hay cuadros sorprendentes, y se defiende la idea de que a diferencia del impresionismo europeo, el americano alcanza a reflejar en alguna medida las preocupaciones y transformaciones del momento, como la desmedida rapidez con que cambiaban las cosas y la imposición de la urbe y la industria frente a la placidez campestre. Es un momento en que se mira a Europa, y a lugares como París para hallar las raíces, lo que no era óbice para que el impresionismo americano acabara tomando dirección propia.
Como en la exposición, el documental aborda temas como la casi obligada visita a Europa y a sus jardines por parte de los artistas; una dedicación eminentemente femenina en todo lo referido a los jardines, el jardín urbano, y el jardín en invierno. Phil Grabsky es un nombre a retener para todo aquél que admire la pintura y el arte en general.
Fuente: La Vanguardia