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02/03/2018

ARAGÓN RECLAMA MÁS DE CIEN OBRAS “Se está desposeyendo a Lleida de unos objetos que moralmente le pertenecen


Con las heridas de Sijena todavía a flor de piel y con el proceso judicial sin cerrar, el Museu de Lleida espera ahora la reapertura de otro conflicto que volverá a llevar parte del legado artístico que atesora a los tribunales. El obispado de Barbastro-Monzón y un centenar de parroquias que en su día pertenecieron al obispado leridano, reclaman algo más de cien piezas que salieron de sus iglesias, muchas hace más de un siglo, destino al Museo Diocesano que estaba creando por aquel entonces el obispo Josep Meseguer.

Más de un siglo después, Carmen Berlabé, doctora en ciencias jurídicas y políticas además de conservadora del Museu de Lleida, ha recopilado de los archivos eclesiásticos todo tipo de documentos, como compraventas, donaciones, permutas… que prueban la adquisición de la gran mayoría de estos bienes, los de Sijena incluidos. Y para que no haya dudas, acaba de publicar un voluminosos libro titulado Del Museu Diocesà al Museu de Lleida (Pagès Editors) donde expone, uno por uno, todos los documentos con el fin de demostrar la legitimidad del museo y del obispado de Lleida respecto a las obras en litigio.

-Por tanto, podemos deducir que es legítimo que el Museu de Lleida tenga estos bienes…

-(Ríe) Según la documentación, sí. El Museu Diocesà se disolvió y sus obras se adscribieron al Museu de Lleida, que tiene la gestión y actúa como propietario, aunque éste sea el obispado de Lleida.

-¿Y estas obras se adquirieron legalmente?

-La mayoría que están en litigio se recibieron durante el obispado de Josep Meseguer, fundador del museo en 1893. Entraron por título de compraventa, donación o permuta. Esto quiere decir que el obispo compraba algunas obras. Los rectores también le regalaban otras, sobre todo piezas arrinconadas que estaban deteriorándose, nunca bienes expuestos al culto. O el obispo hacía una visita pastoral y veía alguna virgen retirada en la sacristía o un frontal pudriéndose en la buhardilla. Entonces, proponía al párroco hacer un intercambio por otras piezas que podían incorporarse al culto. Era una práctica habitual y no requería más que el consentimiento del obispo y del rector. En el libro publico 352 documentos que demuestran esta praxis.

Los bienes entraron por título de compraventa, donación o permuta

-¿Y este proceder era lícito?

-Sí, porque cuando el obispo tenía alguna duda, pedía permiso a Roma. Estamos hablando de bienes que no eran ni mucho menos preciosos, estaban arrinconados y en desuso.

-Por tanto, ¿el obispo Meseguer hizo una salvaguarda de estos bienes?

-Totalmente. Se dedicó a salvaguardar el patrimonio. Él y otros obispos tenían la consigna vaticana del papa León XIII de fundar museos diocesanos para proteger los objetos de las diócesis. Primero se creó el de Vic y luego el de Lleida.

-¿En el resto del Estado no se fundaron?

-Se intentó, como en Santiago de Compostela y en Astorga, pero no prosperaron.

-¿Y por qué sí en Catalunya?

-Quizás porque había el movimiento cultural de la Renaixença… que pudo influir en el obispo Morgades de Vic que, aunque no era muy sensible al arte ni era catalanista, su entorno sí estaba inmerso en este ambiente. El obispo Meseguer, en cambio, era españolista y no tenía este tipo de asesores, pero sí poseía mucha sensibilidad artística.

Una sala  del Museu de Lleida
 
Una sala del Museu de Lleida (Museu de Lleida)

-Déjeme que le haga una pregunta de historia-ficción. ¿Qué pensaría el obispo Meseguer de todo este conflicto con las obras?

-Si levantara la cabeza, alucinaría. Para él, su proceder fue absolutamente católico, apostólico y romano. Siguió de forma fehaciente y fidedigna lo que decía el Papa, y con toda la legalidad y la legitimidad, vigilando, además, no equivocarse. Si lo hubiera hecho tan mal no lo hubieran nombrado después arzobispo de Granada. Se le ha cuestionado su buena fe y se le ha tratado incluso de expoliador. Se ha dicho que se llevó tesoros… y para nada podemos hablar de tesoros.

-¿No tienen valor las obras reclamadas?

-Algunas sí, de alguna manera son emblemáticas para el conocimiento de la historia del arte catalán, pero no estamos hablando de obras de primerísima línea. Las hay que son muy regulares y algunas tienen muy escaso valor, pero todas son importantes porque el obispado de Lleida las ha restaurado y conservado. Entraron en un estado muy deficiente.

Las obras entraron en un estado muy deficiente

-Si todo se hizo de manera legal, ¿por qué el Vaticano dictaminó que las obras se devolvieran?

-Porque el Vaticano nunca aceptó las pruebas.

-¿Por qué?

-Aquí entraríamos en la teoría de la conspiración, de la que prefiero no manifestarme. Solo quiero hablar de hechos consumados. Cuando en 1997 llegó la primera reclamación, el entonces obispo Malla de Lleida aceptó que las obras reclamadas estaban en depósito. Este obispo ordenó en los años 70 que se recogiesen bienes procedentes de parroquias cerradas y de zonas de montaña y aldeas como medida de protección debido a los robos que había, y todos ellos quedaron en depósito. El obispado de Barbastro-Monzón no tiene ningún documento de estas obras, nosotros sí y los hemos facilitado reconociendo que están en depósito.

-¿Y el resto de bienes?

-El obispo Malla reconoció la cesión de todos basándose en lo que había sucedido en su pontificado y teniendo en cuenta que no tenía información sobre el resto.

-¿Cómo aparece esta información?

-Con el obispo Ciuraneta, en 1999, se vio que había documentación y que se podía defender la propiedad del obispado. Formé parte del equipo de canonistas que se creó y me dediqué a buscar la información. Empezaron a aparecer documentos y se intentaron presentar a Roma. Pero Roma nunca los quiso ver, alegando que el obispo Malla aceptó que estaban en depósito. En todo el proceso canónico, nunca se aceptaron los documentos.

Roma nunca ha querido ver los documentos de Lleida que legitiman la propiedad de las obras reclamadas

-¿Se dictó un veredicto sin analizar las pruebas?

-Roma no las admitió y dijo que los bienes eran propiedad de las iglesias y que se debían entregar. Este decreto vaticano, del equivalente tribunal superior supremo nuestro, se presentó en el juzgado de Barbastro para su ejecución, pero fue denegada porque la resolución vaticana no era de aplicación en el estado español. El concordado con la Santa Sede del año 1969 solo contempla aspectos relacionados con el matrimonio.

-¿El juzgado de Barbastro denegó el retorno de las obras a las parroquias aragonesas?

-Sí, y no hay posibilidad de alegación. Como que el decreto Vaticano no se puede ejecutar, ahora han iniciado la vía civil. Y aquí sí que no sabemos qué pasará, todavía no hemos recibido la demanda.

-En el caso de las obras que sí están en depósito, ¿se devolverán?

-Nosotros reconocemos el depósito, pero no podemos olvidar que estas obras están catalogadas y forman parte del inventario del patrimonio cultural catalán y según la ley del patrimonio cultural, no se pueden disgregar ni separar de la colección unitaria.

-¿Con el 155 se podrían descatalogar?

-Con el 155 todo es posible. Lo que sí sabemos es lo que ha pasado con las obras de Sijena, que se han ido en virtud de una ejecución provisional.

-Y estaban catalogadas…

-Todavía podrían volver a Lleida porque el tema está en el Supremo, la sentencia no es definitiva. Si finalmente regresan, ¿de qué habrá servido todo este sufrimiento para las obras, de ir de un lugar para otro? Era más fácil esperar una sentencia definitiva y si deben irse, que se vayan, pero no comprometer su conservación.

Estanterías que ocupaban las cajas mortuorias del Monasterio de Sijena en el Museu de Lleida.
 
Estanterías que ocupaban las cajas mortuorias del Monasterio de Sijena en el Museu de Lleida. (Rosa Matas)

-¿Si el Supremo no es favorable, llevarán el caso a Estrasburgo?

-Ya lo veremos. Dependerá también de cómo esté articulada la sentencia.

-¿El caso del Museu de Lleida crea un precedente internacional?

-Es un precedente en todos los sentidos. La segregación del obispado de Lleida también lo fue y no se ha vuelto a dar. Se hizo a medida y por unos intereses determinados que alguien podría atribuir al hecho de que Escrivá de Balaguer fuese oriundo de Barbastro. Esta es la teoría de la conspiración que cuenta con argumentaciones más o menos firmes, pero, como he dicho, no quiero entrar a considerarla.

-¿Dónde irían a parar las obras que ahora se reclaman, a las parroquias?

-Sería una irresponsabilidad. Seguramente irán al museo diocesano de Barbastro, que ya tiene espacios reservados con la fotografía de las piezas. De hecho, nos pidieron las medidas de las obras. Creando esta realidad, quizás la hagan efectiva.

-Dicen que algunas de estas obras fueron a parar a estas parroquias procedentes de la Seu Vella de Lleida. ¿Qué hay de cierto?

-A partir de 1714, con la entrada de las tropas borbónicas, y hasta 1770, los bienes de la Seu Vella se fueron repartiendo porque los militares necesitaban el espacio para sus usos. Está documentado que algunas fueron a parar a parroquias del obispado. Hay indicios suficientes que hacen sospechar que la procedencia original de dos obras reclamadas es la Seu Vella. Pero son evidencias, no hay documentos, aunque sabemos que fue una práctica habitual. Por tanto, el origen de algunas de estas obras no sería una parroquia de Aragón, sino la Seu Vella de Lleida.

El origen de algunas de estas obras no sería una parroquia de Aragón, sino la Seu Vella de Lleida

-¿Se consideran expoliados?

-No me atrevería a utilizar la palabra expolio, pero sí que se está lesionando el derecho del Museu de Lleida a tener y mantener estas obras. Se quiera o no, nos unen 800 años de historia comuna con este centenar de parroquias aragonesas y si alguien debe explicarla, no es el obispado de Barbastro-Monzón, que se fundó hace dos días y medio surgido de un obispado muy pequeño que estaba apunto de desaparecer.

-¿Entonces?

Esta historia es patrimonio inmaterial de Lleida, que ve cómo se le está desposeyendo de unos objetos que moralmente le pertenecen. No podemos permitir que desaparezca todo lo que representa la Franja de Aragón y que neguemos un pasado y una memoria que le pertenece explicar al obispado de Lleida porque es el territorio que la vivió. Esto es lo que se nos está intentado arrebatar y no lo podemos permitir.

No podemos permitir que desaparezca todo lo que representa la Franja de Aragón

Fuente: La Vanguardia



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