12/01/2018

Actrices españolas: ni un paso atrás

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Al hablar de una película protagonizada por tres mujeres y dirigida por una cuarta, el asunto de la rebelión frente a los abusos sexuales en el mundo del cine resultaba ineludible. Sobre todo después de que un centenar de artistas e intelectuales francesas se hayan pronunciado contra el “puritanismo” que a su juicio encierra el movimiento tuitero #Metoo a raíz del escándalo Weinstein. El veredicto de las españolas parece claro. Ni un paso atrás; la reacción de las colegas del país vecino constituye un retroceso sustentado en “una chorrada como una casa”, sentencia Adriana Ozores en conversación con La Vanguardia al hilo del estreno este viernes de la tragicomedia Thi Mai , donde actúa junto a Carmen Machi y Aitana Sánchez Gijón, a las órdenes de Patricia Ferreira, con Dani Rovira en segundo plano.

Thi Mai, que en vietnamita significa mañana, es en la película el nombre de la niña que la hija del personaje de Carmen (Machi) había pedido en adopción monoparental antes de fallecer en un accidente. La desconsolada madre quiere culminar el proceso de adopción y convertirse en abuela de la pequeña. Para ello se va a Hanói. La acompañan sus amigas Elvira ( Sánchez-Gijón) y Rosa (Ozores), a quienes la primera define como “una prejubilada de mierda y una aburrida ama de casa”. El viaje deriva en una sucesión de aventuras a la que Carmen se refiere con ironía como una especie de reality en plan Catetas por el mundo.

La cinta es –asume Ozores– un producto “sin pretensiones” que seguramente cosechará más éxito de taquilla que de crítica. Pero ella aceptó encantada el papel, no sólo por el “doble viaje” –físico y vital– de su personaje sino por “la excelente arquitectura del guión” del guión. Y luego la actriz lo pasó pipa durante el rodaje en Vietnam, en el que el equipo vivió situaciones igual de chuscas que en la ficción.

Sobre la evolución de la señora a la que encarna, Ozores destaca cómo, “de estar dormida y mostrar poca conciencia, va despertando a sus capacidades, su libertad y su potencial”. Algo que “siempre nos cuesta a todos”.

La película mezcla con cierto riesgo un duro drama de fondo con momentos de divertimento y relajo. Y entre una cosa y otra, apelaciones a los sentimientos. La actriz defiende la apuesta de este modo: “¡Pues anda que no nos reímos en los funerales! La vida es así. con claros y oscuros; risas y llantos que a veces se suceden rápidamente aunque a veces nos dé un poco de reparo”.

Lo menos discutible es la solvencia de las intérpretes, que ocupan el 80% del protagonismo. Una proporción inusual, y más tratándose de personajes femeninos que superan de largo los 40 años. Eso se debe sencillamente –sostiene Ozores– al escaso índice de mujeres al frente de los proyectos cinematográficos. “Si en esta industria hubiera más directores y directivos, ya veríamos cómo también habría más actrices”, dice.

La posición de la intérprete en la batalla feminista en curso, por la igualdad y contra los abusos, es firme. De las críticas al # MeToo por parte de Catherine Deneuve y cien compatriotas suyas de relumbrón, afirma: “Me parece una pataleta y un paso atrás. La acción de las actrices de Hollywood, que debe ser bienvenida, no debe llevar a una sexualidad reprimida, claro. Pero ellas –las firmantes francesas del manifiesto que incide en el peligro de acabar con la galantería– deberían haber tenido en cuenta toda la historia de esta lucha. Han dicho una boutade, una chorrada como una casa”, señala Ozores en opinión que dice compartida con todas las actrices españolas que conoce. Lo peor, agrega, es que se fomenta el “pugilato” sobre “una cuestión básica” e indiscutible sobre la dignidad de la mitad de los seres humanos. “Una pena, una tristeza”.

Fuente: La Vanguardia